La pandilla de los cinco exploradores habían comenzado su misión: Viajar en el tiempo.
La tienda de campaña de Julián convertida en máquina del tiempo se iluminó como una estrella fugaz y fueron lanzados a una velocidad de miedo por un túnel oscuro y lleno de curvas hasta que frenó de repente. Los exploradores de la Historia no se atrevían a salir de la tienda para ver si, de verdad, había funcionado el invento de Julián, pero Carla, que era la más valiente, decidió asomarse por la abertura.
— ¡Ooooh! Esto es una habitación —exclamó Carla.
— ¡Lo sabía! Es imposible construir una máquina del tiempo —refunfuñó Pablo.
— No, no. Es otra habitación —decía Carla con la cabeza fuera de la tienda
— A ver… ¡Quiero verla! — dijo Paloma, a la que le encantaba el misterio.
Los exploradores salieron y se encontraron en un cuarto…
Ver la entrada original 251 palabras más